Alzheimer e higiene personal

Uno de los desafíos que puede suponer cuidar a una persona con la enfermedad de Alzheimer u otro tipo de demencia es la hora del baño (o la ducha). Aunque a algunas personas con demencia no les importa otras temen este momento y, la vulnerabilidad que les hace sentir, les lleva a mostrarse extremadamente resistentes.

Causas de trastornos conductuales en el baño

Cuando una persona con Alzheimer se muestra combativa o se resiste ante el momento del baño o la ducha, puede haber muchas causas que motiven esta conducta. En este escenario debemos tener presente la importancia de saber interpretar, como cuidadores, estos cambios en el comportamiento. Aquí hay algunas posibles causas que debemos considerar: 

• Vergüenza: si una persona está preocupada por la privacidad, ducharse con otra persona presente podría hacerla sentir muy incómoda y avergonzada.
• Miedo al agua: algunas personas tienen miedo al agua, ya sea debido a algún incidente traumático o simplemente a un aumento de la ansiedad. Otras reaccionan negativamente, especialmente a una ducha, ya que pueden haber tenido rutinas de higiene diferentes (duchas por la noche antes de dormir, duchas varias veces por semana, etc).
• Falta de comprensión: una persona con demencia en una fase media o avanzada puede no entender por qué estamos presentes, por qué estamos tratando de quitarle la ropa o por qué necesita estar en el agua y asearse. Comprensiblemente, esto a menudo causa una resistencia significativa.

Ocasionalmente, la persona con Alzheimer puede mostrar una conducta sexualmente inapropiada durante el baño porque no entiende la razón por la que se le está ayudando. Si malinterpreta tu ayuda: coge aire, respira y no le grites. Simplemente explica: «Julián, soy auxiliar de enfermería y estoy aquí para ayudarle a bañarse hoy. Su mujer estará aquí pronto para visitarlo».

Consejos para mejorar la hora de la ducha de una persona con Alzheimer

1. Prepararse primero: ten a mano el jabón y el champú, así como una toalla grande y tibia.
2. Adapta la hora del día: trata de conocer la rutina típica de la persona, pregunta a la familia si prefiere comenzar el día con una ducha o dejar la ducha para el momento antes de acostarse. Esa es una rutina importante para muchas personas, por lo que mantenerla para una persona con demencia puede ayudar a lograr un buen resultado tanto para la persona como para el cuidador.
3. Rutina: en la medida de lo posible, sigue una rutina, tanto en lo que se refiere a la hora del día para la ducha como a los pasos que utilizas para ayudar a la persona a bañarse. Mantener el mismo cuidador constante para también puede ser muy útil para facilitar la continuidad de esta rutina.
4. Asegura una temperatura ambiente cálida: asegúrate de que la habitación esté lo suficientemente cálida. Asociar una habitación fría al agua no equivale a una experiencia positiva para nadie…
5. Fomenta la independencia: si la persona puede, pídele que se lave, aunque no pueda hacer la tarea completa por sí misma. La independencia puede restaurar la dignidad que se pierde cuando se necesita ayuda para bañarse.
6. Ofrece un cuidador del mismo sexo para que le acompañe en la ducha: si alguien se avergüenza o se muestra conductas sexualmente inapropiadas, ofrecer un cuidador del mismo sexo para que le apoye durante el momento de la ducha puede ser una solución adecuada. 
7. Toallas de baño grandes o albornoz de ducha: proporciona una toalla de baño grande o un albornoz de ducha para ofrecer algo de privacidad y calidez.
8. Música: usa música en el baño para crear un ambiente agradable. Elige algo que la persona con demencia conozca, disfrute y que tal vez pueda animarle a cantar.
9. Alivio del dolor: ten en cuenta la posibilidad de que la persona con demencia se muestra resistente a la ducha porque tiene dolor. Si ese es el caso, habla con el médico acerca de probar medicamentos analgésicos para el dolor antes de la hora del baño.
10. Humor: no olvides usar el humor. El humor es una gran herramienta para reducir la ansiedad, aumentar la comodidad y distraer de la tarea en cuestión.
11. Ambiente tipo spa: crea un ambiente agradable. En lugar de que el cuarto de baño parezca un hospital, coloca algún cuadro en las paredes, música de fondo y calefactores o calentadores para las toallas para ofrecer mayor comodidad.
12. Considera usar un jabón y champú sin aclarado: si un baño más prolongado aumenta la ansiedad, puedes acortar el proceso utilizando productos sin enjuague cuando sea necesario.
13. Usa palabras diferentes: algunas personas reaccionan a palabras específicas como «hora de la ducha». Intenta buscar alternativas como «lavarse» o «prepararse para el día».
14. Contratar a un auxiliar de atención médica domiciliaria con experiencia: algunas personas responden mejor a alguien que no es un miembro de la familia cuando se trata de una tarea íntima como bañarse.
15. Prueba con un miembro diferente de la familia: no es inusual que diferentes miembros de la familia reciban diferentes reacciones. Si tu madre es extremadamente resistente a tu ayuda con la ducha, quizás tu hermana tenga más éxito.

Consejos de seguridad

Garantizar la seguridad de la persona: 

• Usar una silla de ducha.
• Asegurarse de que la temperatura del agua no sea demasiado alta.
• No dejar a una persona con demencia sola en la ducha o en la bañera.
• Instalar barras de apoyo.
• Colocar tapetes antideslizantes en la ducha y en el suelo.
• No almacenar productos de limpieza en el baño.

Es normal sentir cierta frustración cuando tus mejores esfuerzos para ayudar a alguien no están funcionando. Recuerda que es posible que necesites respirar profundamente o darte un tiempo de espera antes de poder volver a acercarte a su ser querido para bañarse.

Finalmente, vale la pena señalar que algunos días, esta podría ser una batalla que no vale la pena pelear, especialmente si la seguridad de tu ser querido está en riesgo de verse comprometida.