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Vivir bien con demencia ¿en casa?

La mayoría de las personas con demencia viven en sus casas mientras reciben el apoyo de familiares y profesionales. Sin embargo, ante el progreso del deterioro cognitivo y, en consecuencia, el aumento de las necesidades de cuidados, un número considerable de personas con demencia necesita mudarse a centros especializados donde se ofrece una atención y apoyo profesional constante.  

El acceso a la atención médica, el apoyo y los servicios sociales resulta vital para las personas mayores que viven en su propio hogar. Del mismo modo y según la OMS, las conexiones con la comunidad y la familia ayudan a las personas mayores a sentirse psicológicamente seguras en un entorno familiar. Por lo tanto, no es de extrañar saber que las personas mayores desean envejecer en su hogar y permanecer en la comunidad donde han establecido redes sociales.

Las personas mayores prefieren permanecer en su propio hogar para mantener la independencia y libertad personal, a pesar del deterioro asociado a la edad.

Aunque es deseable seguir viviendo en casa, no siempre resulta práctico, como puede ocurrir en el caso de las personas con demencia.  Estas, se mudan a menudo a entornos de cuidado a largo plazo por razones como: un mayor deterioro cognitivo; mayor interés en mejorar el bienestar de la persona con demencia; y la necesidad de proporcionar apoyo adicional a la persona con demencia y sus cuidadores.

La importancia del entorno

Debido a la pérdida de la capacidad cognitiva, se reconoce importante un diseño adecuado del entorno físico para afrontar problemas conductuales, ofrecer una mayor comodidad, ayudar con la orientación y promover la independencia. Esto es así porque la experiencia para una persona con demencia se vuelve más sensorial que intelectual.

Bien es sabido que la demencia y sus síntomas asociados se ven influenciados por el entorno físico. De ahí la importancia de diseñar entornos que ofrezcan oportunidades para la adaptación y la estimulación.

La investigación muestra que el entorno construido puede crear desafíos significativos para las personas con discapacidades cognitivas como la demencia. Por ello, la demencia requiere soluciones de diseño basadas en evidencia para adaptar el entorno de vida.

Diseño ambiental en residencias

Hoy en día, los diseñadores y gerentes de residencias reconocen que el diseño del entorno físico es importante para contribuir al bienestar físico y emocional de las personas con demencia.

Las residencias que apoyan los proyectos de vida de personas con demencia deben adaptar sus espacios para garantizar un nivel óptimo de calidad de vida. Tanto el ambiente interior del diseño, como los materiales de estimulación y cualquier apoyo tecnológico que facilite la monitorización de los residentes para garantizar su seguridad y atención. 

Desde la perspectiva de la persona con demencia, mudarse a una residencia no es algo deseable debido a las consecuencias de dejar su entorno familiar, red social, pérdida de independencia y el miedo a lo desconocido: adaptarse a la vida en comunidad, a un nuevo entorno y estar lejos de la familia y los amigos.

Además, hay patrones asociados con el cambio a una residencia, como el pasar más tiempo en las habitaciones privadas durante el día. En este aspecto, se ha demostrado que una persona con demencia que acaba de trasladarse a un entorno nuevo tiende a «sufrir tasas más altas de depresión y mortalidad después de la reubicación».

Los hallazgos de otras investigaciones muestran, sin embargo, que cuando las personas con demencia se mudan juntas a un nuevo espacio de vida, parecen sufrir menos por los impactos de la reubicación. En cualquier caso, generalmente una persona con demencia experimenta shock, retraimiento y enfado inmediatamente después del traslado a una residencia.

El traslado a una residencia es una experiencia muy estresante tanto para la persona con demencia como para su cuidador, dado que es un evento vital importante. La mayoría de las veces el cuidador tiene que decidir cuál es la mejor opción de atención y vida para su familiar.

Las principales opciones de vivienda disponibles para las personas con demencia ofrecen niveles de atención muy diversos y afortunadamente, cada vez más, desde un enfoque centrado en la persona. La elección de entornos de cuidado se relaciona con la atmósfera de un hogar y, mientras unos optan por un ambiente hogareño o relajante, otros prefieren entornos amplios y dinámicos.

La combinación de un nivel de atención apropiado, buen ambiente y calidad del diseño dentro de la atención a las personas con demencia son elementos que conducen a crear entornos más positivos. El diseño de un entorno de cuidados exitoso requiere, al mismo tiempo, una atención de calidad integrada en un ambiente familiar y terapéutico.

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