movimientos oculares

 Movimientos oculares

Hay muchas pruebas de cognición que los médicos pueden usar para determinar la función cerebral pero una de las herramientas más efectivas para ver el funcionamiento interno de la mente de una persona es a través de sus movimientos oculares.

Es una vieja expresión que los ojos son ventanas al cerebro, pero resulta que hay algo de verdad en el viejo adagio. Según la Fundación Dana, una organización filantrópica con sede en Nueva York dedicada a la investigación del cerebro, los movimientos oculares reflejan la función cerebral, pero también influyen en ella, ya que son parte de una función cerebral saludable.

Por esta razón, los investigadores están interesados ​​en estudiar los cambios en el movimiento de los ojos que acompañan al desarrollo de afecciones neurodegenerativas como el Alzheimer y la enfermedad de Parkinson . Creen que estos pueden estar estrechamente relacionados con funciones como la memoria, la toma de decisiones y la capacidad de atención y podrían servir como marcadores para la progresión de tales enfermedades.

LOS MOVIMIENTOS OCULARES REFLEJAN LA FUNCIÓN CEREBRAL Y LA INFLUYEN, YA QUE SON PARTE DE UNA FUNCIÓN CEREBRAL SALUDABLE.

Si bien hay cuatro tipos diferentes de movimientos, el que más ha llamado la atención de los investigadores es el movimiento ocular sacádico. Los movimientos sacádicos son movimientos oculares rápidos similares a los que ocurren durante el sueño REM. Cambian rápidamente el punto de fijación del ojo y pueden activarse tanto de forma voluntaria como por reflejo. Los seres humanos realizan hasta 100.000 de estos movimientos oculares por día, pero a medida que envejecemos, estos son los movimientos oculares más gravemente afectados, ya que se vuelven menos frecuentes y más difíciles de iniciar.

Con solo el 1-2% del campo de visión de la retina disponible para nosotros en alta resolución, los movimientos oculares son una parte importante de cómo nuestro cerebro forma una imagen completa de una escena. Si una persona no puede lograr esto mediante el movimiento de los ojos, tiende a mover la cabeza para obtener la información visual que busca. 

Mirando a través de sacádicos

Un análisis publicado por The Japan Academy examinó más de cerca la investigación realizada en pacientes con anomalías sacádicas en un intento de explorar más a fondo las comunes a los pacientes que padecen trastornos neurológicos.

Según el análisis, los movimientos sacádicos se dividen en dos categorías diferentes, la primera son las que ocurren como parte de una respuesta a algo visual que se ha presentado y la segunda son las señales internas hechas en ausencia de un objetivo visual. En realidad, los dos son bastante diferentes en lo que respecta a la forma en que nuestros cerebros procesan esta información.

El análisis examinó los movimientos sacádicos guiados visualmente (VGS) y los movimientos sacádicos guiados por la memoria (MGS), y señaló que tanto los que padecían Parkinson como el Alzheimer tenían respuestas VGS casi normales, pero que sus respuestas MGS (basadas en la memoria) no eran tan buenas.

Pero al final, los investigadores advirtieron contra unir las cosas demasiado rápido, ya que señalaron que «no se pueden establecer asociaciones confiables entre un solo parámetro oculomotor y un solo sistema neuronal».

La importancia del control

Un estudio publicado en la revista PeerJ por investigadores de la Universidad de Liverpool tuvo como objetivo examinar una faceta importante de los movimientos oculares; la capacidad de inhibirlos.

Esto puede ser importante en el caso de pacientes con trastornos neurológicos como el Parkinson y la esquizofrenia, que puede ser una condición secundaria causada por la aparición de algo como la demencia.

El estudio examinó dos cohortes de individuos sanos de grupos de edad significativamente diferentes, uno mayor (50-72) y otro más joven (19-27). Se pidió a los participantes que miraran un punto en el centro de una pantalla. Mientras lo hacían, aparecería otro punto a la derecha o izquierda de ese punto. Se pidió a los participantes que no miraran el otro punto hasta que volviera a desaparecer, un acto de inhibición dada la tendencia humana a mirar algo cuando entra en el campo de visión.

A los participantes de mayor edad les fue significativamente peor al evitar mirar el punto demasiado pronto. Esto es importante, porque a medida que avanzan estas condiciones, las personas se vuelven menos capaces de inhibir sus reacciones naturales, haciéndolas algo susceptibles a reaccionar a cualquier estímulo que surja de su entorno en lugar de procesar situaciones de manera lenta y controlada.

Si bien todavía no se pueden sacar conclusiones concretas sobre lo que significan los movimientos oculares para la salud del cerebro, los investigadores lo están investigando activamente como una forma potencial de crear exámenes para estas afecciones que se pueden realizar de manera más eficiente y efectiva.

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